- Manuel Marrero incide en que hay que garantizar “el derecho a desconectar y evitar el peligro del trabajo sin fin y que no se respeten los períodos de descanso de las vacaciones, lo que puede dar lugar a estrés y agotamiento”.
- “Debe ser voluntario, los trabajadores deben tener los mismos derechos que los presenciales y las empresas deben facilitar, instalar y mantener los equipos para que las empleadas y empleados no usen los suyos propios”.
El Grupo Parlamentario Sí Podemos Canarias ha pedido a la consejera de Economía, Conocimiento y Empleo del Gobierno regional, Elena Mañez, que vigile las “perversiones y efectos negativos” que en las Islas va a tener la implantación del teletrabajo como consecuencia de la crisis sanitaria y sus efectos en el mercado laboral. Y para ello es necesario legislar y promover el diálogo social.
“Hay que vigilar que los indudables beneficios de esta nueva forma de trabajar,
que ha venido para quedarse, no vayan desviándose hacia la tendencia de las
empresas a conseguir que se trabajen más horas, se superponga el trabajo
remunerado y la vida privada sin respetar los límites o se incremente el número
de horas extraordinarias en detrimento de la creación de empleo”, ha asegurado
el portavoz parlamentario de Sí Podemos Canarias, Manuel Marrero
Marrero, que ha introducido en la sesión de control el debate sobre la
incidencia del teletrabajo, su integración en la Administración pública y las
medidas a desarrollar para su conciliación, control, implementación y fomento
en el tejido empresarial de las islas, ha incidido en que esta nueva relación
laboral “supone una reducción del tiempo de desplazamiento, otorga más
autonomía y más flexibilidad para organizarse y mejora la conciliación entre la
vida laboral y personal, lo que permite el incremento de la productividad”.
Sin embargo, y ahí es donde ha pedido a la consejera que “vigile”, hay que
garantizar “el derecho a desconectar y evitar el peligro del trabajo sin fin,
que no se respeten los períodos de descanso de las vacaciones, lo que puede dar
lugar a estrés y agotamiento”.
“Por el momento, hay aún mucha ambigüedad que facilita que se desdibujen los
límites entre trabajo y vida personal, el lugar físico para llevar a cabo la
actividad laboral específica en base a las distintas profesiones y si sustituye
o complementa el trabajo en las oficinas”.
Marrero ha recordado que en Francia y Alemania se ha limitado el funcionamiento
del correo electrónico corporativo después del horario de trabajo y durante los
fines de semana y los períodos vacacionales y que, dentro del Acuerdo Marco
Europeo sobre el teletrabajo suscrito en 2002 éste “debe ser voluntario, los
trabajadores deben tener los mismos derechos que los presenciales y las
empresas deben facilitar, instalar y mantener los equipos para que las
empleadas y empleados no usen los suyos propios”.
Del mismo modo, ha afirmado que es necesario tener en cuenta las
recomendaciones de la OIT para el desarrollo de políticas sobre el trabajo, lo
que conlleva también “neutralizar las pretensiones de algunos sectores
empresariales que amenazan con el dumping social y laboral, deslocalizando la
contratación hacia países con sueldos más bajos”.
Desde Si Podemos Canarias, que celebra que el Gobierno del Estado disponga ya de un anteproyecto de Ley de trabajo a distancia, se insiste en que esta modalidad tiene ventajas para la persona trabajadora, para las empresas y para la sociedad, supone un ahorro del tiempo, contribuye a luchar contra la contaminación y puede servir para revitalizar las zonas rurales, pero hay que evitar que se use como “foco de economía sumergida y salarios indignos”.
“El confinamiento como consecuencia de la pandemia convirtió en preferente una forma de trabajar que antes era residual, por lo que hay que redoblar esfuerzos desde el Gobierno no solo para potenciarlo, sino para evitar los peligros que el trabajo a distancia y el teletrabajo pueden conllevar para las trabajadoras y trabajadores”, ha concluido.