La noticia de la retirada de la valla de acero que rodea el Castillo de la Luz por parte del ayuntamiento del PP no debe sorprender a nadie. La alteración de una parte del proyecto de los arquitectos Nieto y Sobejano muestra hasta qué punto la improvisación, el despilfarro y la chapuza guían las actuaciones políticas municipales en materia cultural. En este caso, se trata de otra burda maniobra electoralista que busca disimular la usurpación del espacio público y los bienes patrimoniales que se ha producido a raíz de la entrega del castillo y sus alrededores a la Fundación Chirino. Vemos en las últimas semanas cómo desde el consistorio capitalino apuran las obras de esta y otras infraestructuras antes de las elecciones. Nada nuevo, por otra parte.
Desde Podemos Canarias hemos denunciado desde el primer momento las prácticas poco democráticas que han acompañado la actuación sobre este espacio emblemático de la capital y que no se limitan a la gestión del Partido Popular sino que se remontan a la legislatura anterior, cuando gobernaba el PSOE.
En Podemos, reivindicamos otra manera de entender la política sobre el espacio público y los bienes patrimoniales, participativa, democrática y pensada desde la base ciudadana.